Niñas y niños entran a la sala. Nos encanta ver su cara de asombro, sus miradas y sus sonrisas cuando ven las instalaciones de juego. Se miran entre ellos, observan con detenimiento el espacio, miran a su educadora como pidiendo permiso, otrxs van directamente a lo que más le llama la atención,... Al principio, con mucha timidez y, poco a poco, van conquistando el espacio y los materiales. La mayoría no se atreve a destruir las provocaciones, luego sí lo harán.

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Normalmente, van directamente a los trasvases y en eso pasan mucho tiempo. En el trascurso de la sesión, experimentan e investigan las infinitas posibilidades de las propuestas, solos o en compañía de algún compañero. Son grandes científicos y exploradores, su curiosidad y concentración no tiene límites

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Cada una de las educadoras infantiles tiene un rol: la mayoría observan y anotan, otras fotografían, todas asisten a niñas y niños si así lo demandan.

 

No hay escándalo ni griterío, los decibelios a nivel susurro.